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domingo, 20 de enero de 2013

Rencor.

Según el diccionario de la RAE "Rencor" es el resentimiento arraigado y tenaz.
En ocasiones cuando tenemos algún problema con un amigo, un enfado, un desencuentro o un desengaño amoroso solemos decir eso de "perdono pero no olvido".
Mucha gente achaca esa actitud a una persona rencorosa. Puede ser. Pero yo lo achaco más bien a la pérdida total de confianza.
Yo no me considero rencorosa, pero tampoco olvido. Muchos creeréis que me contradigo en la misma frase o que confundo conceptos.
Si yo regalo mi confianza sin nada a cambio, ayudo a alguien a quien quiero, le cuento mis secretos, mis problemas, me refugio en esa persona y ella me devuelve una puñalada lo primero que hago es llevarme el chasco de mi vida. Lo segundo intentar recomponerme del daño y lo tercero perder mi total confianza. No es rencor.
Si hablan mal de mí por las espaldas o me mienten lo único que se me ocurre pensar después de arreglar las cosas (todos somos adultos y sabemos hablar las cosas, arreglarlo y perdonar) es pensar en que podría volver a hacérmelo en cualquier momento.
Llamadme rara si queréis. O rencorosa, si no pensáis igual que yo.
Yo entiendo el rencor como el acto de echar en cara continuamente a la persona el error que ha cometido a pesar de haberlo perdonado. Es estar pensando en ese daño que te han hecho.
Seamos realistas, nunca somos capaces de perdonar al 100% por miedo a que vuelva a pasar lo peor de mano de esa persona. Et voilà! Ahí está ese sentimiento de falta de confianza en esa persona que nos aborda sin quererlo.
Perdonar cuando quieres a alguien es fácil, pero recuperar la confianza perdida... es más difícil cuando la depositas totalmente en alguien.

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